domingo, 18 de noviembre de 2012

Tarta de queso de cabra y especias

Mi madre, de vez en cuando, me enseña recetas deliciosas que ha encontrado en revistas, como son por ejemplo los suplementos dominicales de periódicos. En uno de ellos aparecían varias recetas bajo el nombre de "Eco Delicias" en el que aparecía una receta de tarta de queso fresco y apio con un aspecto increíble, y quise adaptarla. Quería hacer una tarta dulce, como para merienda, pero no tan dulce, con contrastes. Para ello hubo dos ingredientes básicos:la mezcla de "pan de especias" (si no tenéis, se puede sustituir, aunque más sencilla, por clavo y canela) y el queso de cabra. Lo primero le dio un toque especiado a la masa. Lo segundo configuró una tarta de queso de sabor más fuerte, que contrastar con una mermelada al gusto.
Los ingredientes son:
- 150 gramos de harina
- 300 gramos de queso de cabra
- 3 huevos
- Aceite de oliva
- Mezcla de especias, que haya canela sobre todo.
- 1 pellizco de azúcar.
- Mermelada al gusto, para servir.
 
La elaboración es bien sencilla. Se hace una masa con la harina, las especias, el azúcar y unas tres cucharadas de aceite.
La masa queda con un aspecto como éste. Luego la tenéis que estirar sobre un molde engrasado con aceite, o forrado con papel de horno. Precalentáis el horno a 200 grados.
Después preparáis la mezcla de huevos con queso en la batidora. Si sois golosos y querés que sea un poco dulce, le podéis añadir otro pellizco de azúcar, pero ya os digo que el contraste con las especias y con la mermelada es mejor sin él. Esta mezcla se vierte sobre el molde con la masa.
 
Si hacéis corto con el queso, se puede añadir de otro tipo, para complementar, como queso de extender.
Después lo metéis en el horno unos 35 minutos, veréis que la superficie se dora.
Se deja al menos templar antes de servir, a mi parecer las tartas de queso están mejor frías. Después se sirve con la mermelada, yo la he probado con la de ciruela y con la de frambuesa, y me ha gustado con ambas.
La combinación de las especias, repito, es muy importante, y la masa verée queda muy fina, y es un poco endeble. Podéis añadir harina si os hiciera falta teniendo en cuenta aumentar las proporciones del resto de ingredientes.
Sencilla, ¿verdad? Como una mañana de domingo debiera ser.
¡Buen provecho!
 


viernes, 16 de noviembre de 2012

Hamburguesas de avena y vegetales

Hace poco quise recuperar la receta, no sólo porque me gustan mucho y porque me sirve para cocinar de otra forma vegetales cuando tengo muchos, sino porque quería demostrar que cuando me pongo a cocinar en casa no sólo cocino bizcochos, tartas y cosas así. De hecho, más bien son pocas veces, pero son más fotogénicos y suelen ser recetas muy agradecidas, ya que con poco esfuerzo la mayoría de las veces salen delicias. Pero si hablamos de agradecidas, esta receta lo es y mucho. Es fácil y se adapta a los vegetales que tengas. Y una vez que las has frito u horneado, se pueden congelar, y se conservan bien, por lo que tienes hamburguesas preparadas.
Se puede también adaptar la forma: yo en una celebración familiar hice mini-albóndigas de setas y avena con una crema de queso azul.
Los ingredientes son:
- 1 taza de copos de avena.
- media taza de agua.
- Verduras, las que tengais, al gusto, unos 200 gramos suficiente. Podéis mezclar de diferentes tipos para "reciclar" restos. Por ejemplo, las que os voy a poner yo son de champiñones y zanahoria.
- Especias y sal al gusto.
 
La receta es bien sencilla. Lo primero es hidratar los copos de avena con el agua. Simplemente la ponéis a remojo y esperais una media hora.
Mientras vais picando la verdura finito, para que no salgan trozos muy grandes. Y después se sofríe en sartén con un poco de aceite de oliva para darle más sabor. Se podrían echar las verduras en crudo ya que después se vuelve a cocinar todo junto, y quedarían menos hechas... eso al gusto. A mí particularmente me gusta cocinarlas antes. Incluso en las de setas que os he contado, después de cocinarlas las batí para hacer una pasta homogénea.
Después unís ambos ingredientes, se añaden especias y sal al gusto y le dais forma. Si quedara una mezcla muy poco sólida, podríais añadir pan rallado.
Mis disculpas por no poner foto del resultado final, pero ¡nos las terminamos muy rápido!
Como buena hamburguesa, se pueden acompañar de salsas al gusto. Os las recomiendo por su sencillez.
Espero que os gusten... ¡Buen provecho! Os dejo con una melodía para acompañar en la cocina, una bossa envolvente.

Pesto de perejil

Ya comenté anteriormente que me encanta el pesto, como pudisteis leer en la entrada con la receta  del mismo. Cuando nos trajeron un buen manojo de perejil con nuestra cesta de verduras me puse a buscar alguna receta, porque hay un límite al perejil que quiero usar como condimento, pero era buena idea tratar de aprovecharlo fresco. Así que investigando apareció el pesto de perejil... ¿es posible? El sabor del perejil y de la albahaca son bien diferentes, y no me imaginaba a mí misma devorando este último como hago con la salsa original. Pero hábía que probarlo... con alguna variante de mi cosecha.
Me inspiré en la receta de conpanypostre añadiendo un poco de mis ideas y de mi improvisación, porque para estas cosas me encanta el ir probando hasta alcanzar el sabor que te gusta de verdad... o descubrir que no tiene remedio ya, en otras ocasiones.
Los ingredientes que yo utilicé son:
- un manojo de perejil, digamos que unos 40 gramos.
- unos 150 ml. de aceite de oliva.
- sal al gusto.
- aceitunas negras deshuesadas, yo diría un puñado.
- piñones, otro puñado... por ser más académicos, digamos que 2-3 cucharadas.
- queso... en la receta original, como veis, pone dos cucharadas de grana padano o parmesano, pero yo utilicé de lo que tenía por casa, que creo que fue un poco de camembert. Me gusta comprobar que puedes hacer la receta sin tener que comprar de propio un tipo especial de queso... salvo excepciones muy justificadas.
 
La receta por lo demás no tiene más misterio que cortar el perejil, echarlo al vaso de la batidora-picadora, y mezclarlo con el resto de ingredientes. Puedes ir corrigiendo de sal, aceite y del resto si lo vas probando.
Está muy bueno. Yo creía que no me iba a gustar demasiado, lo confieso, pero está muy rico.
Como en la ocasión anterior, hemos congelado la mitad para otra comida, ya que pudimos comprobar que se conserva bien y al descongelarlo no se estropea.
 
Tras un gran parón en el blog con el nacimiento de Olivia y otras ocupaciones, voy a pone para terminar una bonita canción llena de esperaza y energía positiva para caminar soniente en estos días que corren.
¡Buen provecho!
 


domingo, 19 de agosto de 2012

Receta rápida y veraniega: helado casero con queso

Esta receta va a ser más rápida de lo habitual, últimamente estoy ocupada y cocino menos, tener una hija te marca otras prioridades, pero no como obligaciones, sino como placeres pequeños y cotidianos, como tomarse las cosas con tiempo, mucho tiempo... el tiempo que ella necesite.
En fin, aun así, para nosotros, para las visitas, para la familia o porque sí, todavía se saca algún hueco para hacer recetas y probar nuevas cosas. En este caso, he vuelto a hacer algo que ya habíamos probado el verano pasado, y es hacer helado casero. Pero sin heladera. Con lo muchísimo que me gusta el helado, reconozco que al final una no puede tener todos los pequeños aparatos que le llaman la atención: gofrera (esa sí que la tengo), máquina para donuts, panificadora, etc etc. Me llaman la atención, pero lo primero, ocupan espacio que mi cocina no tiene, y lo segundo, luego los utilizas no tanto como esperabas. Sobre todo cuando pruebas a hacer pan sin la panificadora... y no está mal. Y lo mismo pasa con el helado. La cuestión fundamental para suplir las heladeras es acordarse de sacar la mezcla de helado del congelador cada hora, o mi recomendación, cada media hora mejor, para dar vueltas a la mezcla y romper los "cristales de hielo" que se forman al congelarse. Si habéis hecho alguna vez polos con leche en plan casero sabéis de qué hablo. Pero si le vais dando vueltas hasta que se congele del todo, evitaréis esto.
Los ingredientes que yo he puesto en esta ocasión son:
- 250 ml. de queso fresco batido, tipo quark. La primera vez usé mascarpone, podéis variar el queso.
- 200 ml. de nata líquida.
- 125 gr. de azúcar.
- El zumo de una naranja.
- Un poco de chocolate rallado.
- Piñones al gusto.

He de decir que todo esto es variable, por supuesto, y que si mantenéis lo del queso y la nata (en lugar de nata, puede ser leche, si no tenéis) y el azúcar, podéis echarle lo que queráis para complementar el sabor: nueces, más chocolate, algún jarabe o zumo...
Esta es la mezcla antes de congelarse, bueno, y aun la mezclé más de forma que el chocolate y los piñones no están concentrados en la superficie. El resultado es muy sabroso y la temperatura muy adecuada para estos días de ola de calor.
A refrescarse y... ¡buen provecho!


lunes, 6 de agosto de 2012

Minimadalenas de salmón

Con el parto y su consiguiente estancia hospitalaria casi se nos pasa un sobre de salmón, algo imperdonable, ásí que llevábamos días dándole vueltas a hacer unas madalenas de salmón, basándonos en las recetas de un libro de Minimadalenas que me regalaron unos amigos. La ventaja de las mini-madalenas es que están hechas con una gran velocidad tanto de elaboración de la masa como de hornear, y que se puede aprovechar casi cualquier cosa para darles gusto.
Los ingredientes son:
- 100 gramos de harina.
- levadura o bocarbonato o gaseosa. Puntualizo esto porque hoy se me había terminado la levadura y he usado un sobre de gaseosa y han salido estupendas.
- 2 huevos.
- 1 pellizco de sal.
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva.
- 20 gramos de mantequilla fundida.
- 2 cucharadas de queso rallado.
- 1 loncha de salmón ahumado.
- varios tomates cherry (opcional).

La receta no puede ser más sencilla. Con la harina, huevos, levadura, mantequilla aceite, sal y queso hacéis una masa. De hecho, la podéis batir si queréis con la batidora, aunque no es probloema en cuanto a la textura batirlo con un tenedor.
Una vez hecho esto, añadís el salmón, cortado en trozos muy pequeños (recordad, las madalenas serán también muy pequeñas).
Lavais además los tomates y los cortais en tiras, pues serán para colocar encima de las minimadalenas.
Si no tenéis molde de madalenas pequeñas, no os preocupéis, podéis usar moldes de papel, venden de tamaño muy pequeño, o usar un molde de madalenas normales y dejar más tiempo en el horno. No olvidéis precalentar el horno a 200 grados.
Casi por último, y veréis que es muy rápida la receta, engrasais los moldes con mantequilla o con aceite y le echais parte de la masa. Echad poca cantidad, ya que al hornearse va a subir la masa y se saldrá si echais mucho, perdiendo la forma de madalena. Veréis como cunde la cantidad de masa.
Y en las que queráis, ponéis un trozo de tomate.
En principio, si las horneais a 200 grados, en 8-9 minutos están listas. Según el libro en el que me baso, la idea sería cocinarlas 3-4 minutos a 220 y después 5-6 minutos más bajando a 180 grados, pero yo estaba cocinando dos cosas a la vez, he probado, y han salido muy bien hechas.
Y más buenas de lo que podáis imaginar viendo la foto, la verdad. Deliciosas.
Hoy la música es inevitable, la pone Chavela Vargas, que nos dejó ayer, eso sí, dejándonos la herencia de su ronca y profunda voz que rasga gargantas y corazones más que un tequila viejo. Hasta siempre, Chavela.



miércoles, 18 de julio de 2012

Banoffesú: sólo apto para muy golosos.

Seguro seguro que ya estaba inventado, pero ayer, con la idea en la cabeza de cocinar el pan de plátano, pensé: "¿por qué no unir el banoffe y el tiramisú por medio del pan de plátano?".
Básicamente se trataría de que el plátano del banoffe sea pan de plátano y no la fruta en sí, y que el bizcocho del tiramisú sea de plátano y en lugar de espolvorear chocolare lleve dulce de leche... En fin, será mejor que lo veais. Eso sí, este postre es sólo apto, como dice el título, para muy golosos, aunque por supuesto, para eso están las variantes que se os puedan ocurrir, sustituyendo el dulce de leche por otros ingredientes. Pero he de decir que el dulce de leche combina de maravilla con el plátano... Ya lo sabía quien invento la tarta banoffe. 
Lo bueno es que si tenéis algo de pan de plátano guardado, congelado por ejemplo, no costará demasiado hacerlo. 
La cuestión es en los recipientes donde queráis servirlo (nosotros seguimos con lo de la reutilización y guardamos los vasitos de cristal de yogures para estas ocasiones) ponéis como base trocitos de pan de plátano, cortado a cuadrados pequeños.
A continuación debéis preparar la mezcla de queso mascarpone de tiramisú, con nata, clara de huevo, azúcar y mascarpone, tal y como indicamos en la receta del   tiramisu .
Esta mezcla la echáis sobre el pan de plátano, y luego lo ponéis a enfriar. Si tenéis mucha prisa, nosotros lo metimos en el congelador un poco para asegurar que estaba fresquito.
Y antes de servir, le echáis el dulce de leche, al gusto, por encima, según vuestra destreza y vuestras ganas, decorando o no. Otra opción es sacar el dulce de leche y que cada uno se sirva al gusto.
¿Cómo se ve?
Pues saber, sabía delicioso como postre de una cena ligera, en una cantidad discreta (no es para grandes raciones, ya que es muy dulce) y fresquito.

Si hacéis variantes diferentes, espero que lo comentéis en el blog. Recuerdo que en la entrada del tiramisú comentamos diferentes opciones, como el tiramisú de fresa, que está delicioso. Ánimo con esa creatividad culinaria.
Os dejo con una canción de Tracy Chapman, a quien estuvimos escuchando muentras cocinábamos.
Y espero no escribir en unos días.
¡Buen provecho!
  

Pan de Platano

Se nota esto de estar de vacaciones... Sigo cocinando más de lo habitual, y además, como es el caso de esta receta, me hacen peticiones, y no sé decir que no. La receta del pan de plátano es muy sencilla, no lleva ingredientes complicados, sabe mucho a plátano ý la recomiendo en desayunos y meriendas especialmente.
Se puede partir y congelar, por lo que podéis tener a mano un trozo de pan de plátano cuando gustéis... Si es que llega a sobrevivir el tiempo suficiente como para que os planteéis congelarlo.
Los ingredientes son :

- 3 plátanos grandes maduros.
- 3 huevos.
- 250 gramos de harina con levadura (1 cucharadita bastará).
- 100 gramos de azúcar.
- 50 gramos de azúcar moreno.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- 1 cucharadita de canela (y/o otras especias opcionales, al gusto).
- 125 gramos de mantequilla, y un poco más para el molde.
- Al gusto, azúcar glass y coco rallado.

Fundimos la mantequilla y la mezclamos lo primero de todo con los dos tipos de azúcar.
A esto añadiremos los huevos uno a uno y la esencia de vainilla, removiendo la masa.
Pelamos los plátanos y los machacamos con un tenedor. Yo antes los batía para darle una consistencia más homogénea, pero ayer lo hice directamente tal cual, con el tenedor, y el resultado es igual de bueno. Es además el tipo de cosas que si cocináis con niños os pueden ayudar.
Se añaden los plátanos a la mezcla anterior.
A esto le añadimos las especias y la harina con levadura. Como ya mencioné en una entrada anterior, utilizo una mezcla de especias comprada en un mercadillo, que lleva básicamente canela, nuez moscada y no sé qué más, se llama pan de especias y es deliciosa. Así que recordad como deberes de este verano, si estáis de vacaciones por ahí y en tiendas o mercadillos veis mezclas de especias, aprovechad.
Bueno, mezcláis bien la masa. Precalentáis el horno a 180 º y engrasais un molde con algo de mantequilla. Una hora y cuarto después el resultado será algo así:

Para aseguraros, meted un palillo o la punta de un cuchillo en el centro. Yo normalmente prefiero probar un poco antes del tiempo indicado, porque puede cambiar según el horno, el molde... Si el molde es más pequeño o de menor altura, resultará básico, pero prefiero no poner medidas ya que cada persona tiene sus moldes y no vamos a comprar uno d ecada tamaño. De hecho, este "molde" que véis es una sartén vieja reciclada en molde, quitándole el asa, y funciona estupendamente.
Ahora, y esto es al gusto, a mí me gusta echarle por encima un poco de azúcar glass, en caliente, para que se adhiera a la masa, y un poco de coco rallado, que combina estupendamente con el plátano.
¡Y aquí lo tenemos!

Ahora que hemos hecho un bizcocho que sabe mucho a fruta, os dejo con un tema de la recopilación de Putumayo Sesame Street Playground, de canciones de Barrio Sésamo de diferentes partes del mundo, especialmente esta me parece divertida.
Pero atención... Esta receta tiene segunda parte, porque hemos creado... el banoffesú.
¡Buen provecho!




domingo, 15 de julio de 2012

Al rico Pesto

Me encanta el pesto. Es algo que me puede. No puedo ser razonable con el pesto y comer poco. Como hasta ahora era algo que debía comprar de propio, pues no tomaba a menudo. Pero en esta semana nos trajeron con la cesta ecológica dos ramas muy grandes de albahaca, y aparte de que la cocina olía super bien, algo había que hacer con ella, y hay un límite al aderezo que se le puede echar a carne, ensaladas o pastas mientras dura fresca la albahaca. Así que recordé que en uno de mis libros de cocina que creo que ya he mencionado, "Cocino el dobe y congelo" de Editorial Everest, salía no sólo la receta del pesto, sino como congelarlo y cuánto dura.
La realidad es que para realizar un buen pesto sí que hace falta tener unos ingredientes que al menos en mi cocina no son habituales de por sí, pero una vez que he probado que la cantidad de pesto que sale el generosa y que se puede congelar, quizás sí que merezca la pena. Espero que juzguéis vosotras y vosotros mismos.
Los ingredientes de esta variante son:
- 110 gramos de albahaca.  
- 80 gramos de piñones.
- 100 gramos de parmesano.
- Casi 2 dl. de aceite de oliva virgen extra.
- Entre 3 y 4 dientes de ajo, al gusto.
- Sal, al gusto.
Ahora os diré la verdad de cocinera aficionada. Lo mejor es que con estos ingredientes vayáis preparando la mezcla y vayáis probándola, es decir: lo he hecho un poco a ojo. Y está delicioso. Pero no sabría decir si llegué a echar 95 o 100 gramos de queso, o 1,7 o 2 dl. de aceite de oliva, ya que iba vertiéndolo en la batidora, viendo la textura y probando.
Lo que sí que necesitaréis es una batidora-picadora o robot de cocina o como queráis llamarlo.
Yo no lo utilizo demasiado normalmente, no estoy acostumbrada, pero cuando lo hago pienso en el buen resultado que obtengo y en sacarle más partido. La verdad es que quedó un pesto estupendo.
Lo primero que debéis hacer es lavar la albahaca y secarla, puede ser con un trapo de cocina limpio o como yo hice, con cuidado y papel de cocina dejándolo un rato aboserver. Después cortáis las hojas de la albahaca y las vais echando en el vaso del robot (me encanta poder utilizar la palabra robot así, en plan casero).
Despues añadís aceite, ajo, queso y vais batiendo. Luego añadí los piñones, cuando ya había picado y batido lo suficiente, y fui corrigiendo del resto al gusto, como os digo: un poco más de aceite, un poco más de sal... Las proporciones que he puesto son las aproximadas.
Después, algo básico: probarlo. No puedo poner nada en el blog, no puedo guardar, congelar ni mucho menos regalar algo de comida sin haberlo probado. Así que un poco de pan tostado y...

¿Qué os parece el aspecto? Aproveché para echarle un vistazo a los libros que había sacado. Por una parte el que ya he mencionado, "Cocino el doble y congelo", tiene una selección de platos apetitosos y resulta bien interesante cómo te explica como congelar cada plato para su buena conservacíón y descongelación, y cuánto tiempo debe estar. Es bastante interesante controlar si al cocinar un plato, debes congelar por separado la parte fuerte de la salsa, o no, cuánto tiempo, en qué recipiente.
Por otra parte, eché un vistazo a La cuccina verde , un delicioso libro de cocina vegetariana italiana que aun tengo que explorar y experimentar, un precioso regalo de cumpleaños de mi hermano con unas ilustraciones preciosas, incluso a quien no le entusiasme la cocina pero sí las ilustraciones, merece la pena echarle un ojo.
Una vez comprobado que el pesto estaba delicioso lo metí en recipientes, para lograr dos cosas: la primera, su óptima conservación, reservando una parte para comer entre esa noche y mañana, otra para regalar y otra para congelar. La segunda, para evitar comérmelo todo o casi todo.
Utilicé un frasco de cristal con cierre hermético para regalar, y para congelar aproveché pequeños botes de plástico con tapa que rescatamos de cuando pedimos comida china o japonesa a domicilio, ya que son donde vienen las salsas de soja y agridulce, y son estupendos para reutilizar.
Como teníamos mucha mucha albahaca como os he dicho, aprovechamos también para poner a macerar algo de aceite con albahaca, consejo de nuestra amiga María José para tener un rico aceite para las pizzas, pastas, ensaladas etc.
Como sugerencia, aunque los piñones están integrados en el pesto, yo le he añadido unos cuantos en crudo, tanto por lo rico que estará al comerlo como por la presentación.
Como sugerencia de presentación para una comida o cena, yo lo serviría (si no está ya en el plato que sea) con un poco de parmesano rallado por encima (a mí me sobró muy poco, pero servirá para este detalle) y unos piñones.
Según la receta en la que me baso, el pesto puede conservarse hasta 2 meses en el congelador, y a mí me ha servido para hacer al menos un bote para regalar, dos para congelar y uno para comer. No son raciones muy abundantes, pero el pesto no es una salsa para "regar" la pasta con ella, se toma en su justa medida, ya que el sabor es muy intenso.
Espero que algún día experimentéis esta receta y que la disfrutéis tanto como yo, anoche, casi recién hecho, en una sencilla tostada de pan de pasas con un poco de pesto y un trozo de jamón de york... delicioso... o en ensalada, en pasta, he probado incluso pizzas con pesto... Como suelo deciros con esto de la comida (aplicable a todo), imaginación al poder.
¡Qué aproveche!
Por supuesto, a cocinar y a vivir bailando

viernes, 13 de julio de 2012

Hagamos una quiche

Resulta una receta bien sencilla, para aprovechar ingredientes que tengais en casa y hacer algo rápido y delicioso para una cena inesperada o porque os apetece y punto. Lo único recomendable para tener en casa de los ingredientes, y que nunca viene mal, es la nata, gran amiga de los cocineros aficionados, y masa de hojaldre, que podéis guardar refrigerada o congelada, y así os ahorrais tener que hacerla (que otro día podemos explicar cómo).
Los ingredientes que he utilizado en esta versión de quiche son:
- Un brick pequeño de nata para cocinar (sirve igual la que pone para montar), o lo que es lo mismo, 200 ml.
- 3 huevos.
- Sal  y especias al gusto.
- Masa de hojaldre.
Esto sería la base de la quiche, lo que yo le he echado en esta ocasión es:
- Un calabacín, una berenjena y medio tomate, de nuestra cesta ecológica (estamos en una cooperativa de consumo responsable, la Espinaca ataca, algo que recomendamos: verdura y fruta de temporada y comercio responsable y de proximidad).
- Además he añadido de lo que tenía por la nevera, una lata de anchoas y un poco de queso brie.

Una vez dicho esto... ¡¡Hagamos una quiche!!
Se tarda tan poco... y está tan buena... Además, se puede congelar la que sobre, en papel film o en un tupper, y comerla otro día, estará muy buena y amortizais el rato en la cocina.
Lo primero que he hecho ha sido extender la masa en el molde. La mayoría de masas que venden vienen con papel de hornear, así que lo podéis aprovechar y veréis qué bien se desenmolda luego, mejora la presentación. Si no, como viene siendo habitual, engrasamos el molde con aceite o mantequilla y ya está.
Después, en un bol, mezclais los huevos, la nata, la sal y especias al gusto y las verduras lavadas y troceadas, en crudo. Se cocinaran junto al resto de ingredientes.
Lo que he reservado ha sido el medio tomate, ya que en rodajas lo he puesto en la superficie, una vez había volcado esta mezcla en el hojaldre. Y por encima he colocado rodajas de tomate, anchoas (prescindibles para vegetarianos) y trozos de queso brie.
 Como podéis leer, muy fácil, incluso para improvisar con los ingredientes. Ahora, con el horno precalentado a 200º, la horneamos unos 30 minutos. Y una vez hecho esto... ¡Lista la quiche! En menos de una hora y sin complicaciones, un plato sencillo y muy apetecible.
Con la receta base, es decir, el hojaldre, la nata y los huevos, ya es cuestión de ir probando combinaciones. Nosotros la solemos hacer cuando tenemos excedente de algunas verduras, y como comentaba, congelamos raciones, siendo también una habitual de mis tuppers, con un poco de ensalada o una crema, cuando como en el trabajo, lo que es habitual.
Probad, probad variantes y si es posible comentadlos en esta entrada. Nosotros hemos echo también añadiendo palito de cangrejo, por ejemplo, y está deliciosa.
¡Que aproveche!

Galletas de chocolate con cobertura a la vainilla

He querido probar, y como no, hacer mi propia variante, de una receta que aparecía en  pequerecetas.com  para realizar galletas tipo "oreo" caseras. Por supuesto, con mis variaciones, si había algo de oreo ha desaparecido, pero lo cierto es que están tiernas, no excesivamente dulces y son muy sencillas.
Cuesta pensar en cocinar con todo lo que está pasando, con los recortes de derechos y libertades básicos que ya ni siquiera se tratan de ir "colando" poco a poco, sino que se presentan como si fuera una tormenta inevitable, y no lo es. Y además, acompañados de comentarios como "que se jodan" cuando se habla del recorte de la prestación por desempleo, porque claro, la gente en realidad no quiere encontrar trabajo y necesita este tipo de incentivos... Pero más allá de que les cocinaría yo un par de tortas y no dulces precisamente, seguiremos tratando de cuidar a los nuestros con lo que tengamos alrededor: algunos buenos ingredientes del mercado y algunos buenos ingredientes propios como la solidaridad, la empatía, la cooperación, el altruismo, el amor... ya no para pasar malos tragos, sino para coger fuerzas y reiterarnos en nuestras propias ideas, salir a la calle y gritarlo con más fuerza, defender lo que no nos han regalado, pues son nuestros derechos. Y cocinarles algo que se les atragante a los que creen que pueden poner en marcha este tipo de "medidas" y creer que no vamos a hacer nada.
Ahora, los ingredientes de las galletas. Si alguien quiere probar la receta de Pequerectas tal cual, por favor, sería agradable que lo dijerais en comentarios, será diferente seguro, y tengo curiosidad.
- 200 gramos de harina.
- 100 gramos de cacao en polvo (cacao, no instantáneos).
- un sobrecito de gaseosa en polvo.
- 1 pizca de sal.
- 70 gramos de mantequilla.
- 100 gramos de azúcar moreno.
- 2 huevos medianos.
Y para la cobertura:
- 75 gramos aprox. de mantequilla a temperatura ambiente.
- Unos 100 gramos de azúcar glass.
- Unas gotas de esencia de vainilla, al gusto.

Lo primero que vais a hacer es batir los huevos con la mantequilla fundida. A esto le iréis añadiendo el resto de ingredientes hasta obtener una masa. Esta masa la metéis en la nevera unos 15 minutos. En la receta original, la masa debía ser más dura, para poder trabajarla después de estar en el congelador (no nevera) con el rodillo, pudiéndola así trabajar hasta dejarla del grosor preciso para hacer un sandwich de galletas. Las mías en cambio, veréis que son "gorditas".
Mi tipo de galleta.
Como digo, en este caso la masa es más "tierna", por lo que en una superficie engrasada yo he ido echando masa como para hacer galletas redondas.
Con el horno precalentado a 180 grados, y en el caso de mi horno, la opción de aire caliente, las he puesto a hornear unos 12-15 minutos. El resultado ha sido que han ido engordando y engordando mientras se hacían.

Mientras se hacían, he mezclado la mantequilla para la cobertura con el azúcar glass, que nunca falta gracias al molinillo de café, y la esencia de vainilla, al gusto. Lo mejor es ir probando la mezcla para ver el sabor.
He ido extrayendo un poco de la parte central de la galleta para hacer un hueco donde poner la cobertura, con cuidado para que no se rompieran, y sin llegar a hacer un agujero. Les he ido poniendo la mezcla y, una vez se habían enfriado al aire las galletas, las he metidfo en la nevera al menos 15 minutos antes de servir.
He de decir que llevar a la otra habitación los trozos de galleta que he ido sacando, en un tazón, con un poco de cobertura y un poco de azúcar glass, ha sido una medida muy popular en mi casa, y me ha servido para comprobar que gustaba la receta y poder seguir con ella tranquila.
Bien, este es el aspecto final... ¿Cómo lo veis? La verdad es que han tenido buen acogida. Se podrían tomar perfectamente sin la cobertura, y es una galleta no tan dulce, gracias a que se hace con cacao puro y con azúcar moreno.La cobertura tampoco es excesivamente dulce, para los ingredientes que lleva, pero se podría probar con otras o simplemente echarle azúcar glass por encima.
Mientras cocinaba, como suele ser habitual, he puesto música. Me ha llegado un pedido de tres cds de música infantil, que estoy recopilando para cuando a Olivia le dé por nacer en cualquier momento. Me ha gustado especialmente el Picnic Playground de Putumayo, de su colección para niñas y niños de música del mundo. En este caso, es todo música acerca de comida, de la alimentación saludable, y con un ritmo bastante animado. Así que os dejo con una de las canciones que suena en este cd, muy apropiada, "Cocinemos galletas".
¡Que aproveche!

martes, 10 de julio de 2012

Un postre sencillo de platano y galleta

Veraniego, fresquito y muy sencillo, un postre que creo que puede gustar a los más pequeños bastante... en mi casa por ahora no hay pequeños, pero los dos "grandes" que vivimos en ella lo comimos encantados como postre de la cena, y esta mañana en el desayuno.
Los ingredientes fácilmente los podéis tener en casa, y con esto salen 4 raciones medianas o dos muy muy generosas, que nosotros tomamos "para compartir". 
- 5 plátanos.
- 8 galletas de fibra.
- 2 cucharadas grandes de margarina o mantequilla (yo esta vez usé margarina).
- 1 yogur natural.
- Coco rallado, al gusto, yo eché unas dos cucharadas.
- El zumo de medio limón.
- Chocolate rallado, para adornar... y dar un toque.

Veréis que es tan sencilla que se puede cocinar sin ningún problema con niñas y niños bien pequeños.
Lo primero de todo, en un mortero machacad las galletas. Sí, esta parte también les gustará hacerla a los peques. Derretid la margarina (si os hubiérais acordado de sacarla de la nevera con antelación...!! Pero eso no suele pasar...). En el microondas en un momento. 
Mezclais las galletas con la margarina y hacéis una pasta densa. Si veis que hay exceso de margarina, es sencillo corregirlo añadiendo un poco más de galleta en polvo, con cuidado.
Con esta masa cubrís el fondo del recipiente que hayais elegido para el postre, dejando bien apretada la masa.
El plátano lo troceáis en un recipiente y lo batís. Podríais tambíén poco a poco hacer el puré con un tenedor, sobre todo si el plátano está bien batido, y depende del tiempo que le queráis dedicar. Para hacerlo con niños, de este modo es otra tarea sencilla para la que podéis pedirle que os ayude.
Pero con la batidora se hace en un momento.
Después, como podéis imaginar, vertéis el puré de plátano sobre la galleta.
Vertéis el yogur en un recipiente para mezclarlo con zumo de limón (al gusto, yo posiblemente no eché ni siquiera medio limón) y coco.
Lo mezcláis y de nuevo vertéis sobre la preparación anterior.
Después, podéis decorar con el chocolate rallado, y ponedlo a enfriar en la nevera, al menos un par de horas sería lo recomendable para que la galleta se endurezca bien y esté todo fresquito.
 



Variantes sencillas que se me ocurren:
- En lugar de yogur echadle dulce de leche. Fue la primera idea, hacer un banoffe de andar por casa, pero no teníamos y hacer dulce de leche casero lleva un rato. Le echáis encima dulce de leche y dejáis que se enfríe, de manera que quedarán sólidas las capas inferior y superior, pero "blandita" la parte central, el puré de plátano. Claro que para ser más clásicos, podéis poner el plátano en rodajas en lugar de en puré. En este caso, incluso lo metería al congelador.

- Echarle nata montada con alguna otra fruta troceada, casi cualquier fruta va a combinar bien con el plátano.

En fin, con lo sencilla que es esta mezcla y lo bien que combina con casi todo... ¡imaginación al poder!
A disfrutar de la cocina, del dulce y de los más pequeños si los tenéis...
¡Que aproveche!

domingo, 8 de julio de 2012

Barritas de caramelo

Estas deliciosas barritas son de una elaboración un poco más costosa, en tiempo,no en dificultad, que otros postres que suelo poner. Pero el resultado es delicioso, resulta un tentempié muy energético y muy dulce.
La cuestión es que hay que realizar como tres pasos, ya que las barritas tienen "tres alturas": un primer piso de galleta, un segundo piso de crema de caramelo y el tejado de chocolate.
¿Qué más puedo decir después de esta presentación?
Los ingredientes son:
- 120 gramos de harina con levadura.  
- 90 gramos de coco rallado y seco.
- 100 gramos de mantequilla.
- 115 gramos de azúcar moreno.
Para el relleno:
- 30 gramos de mantequilla.
- 2 cucharadas de sirope de caramelo.
- 400 gramos de leche consensada.
Crema para recubrir:
-150 gramos de chocolate negro.
- 40 gramos de mantequilla.

¿Qué tal os suenan los ingredientes por el momento?
La receta no es complicada, vamos allá.
Lo primero será mezclar la harina en un cuenco con el coco rallado y hacer un hueco en el centro.
Luego mezclais la mantequilla y el azúcar en un cazo, removiendo a fuego lento, derritiendo la mantequilla y mezclando ambos ingredientes. Esta mezcla la vertéis sobre la mezcla de harina, levadura y coco y mezcláis bien, hasta que quede todo bien ligado.
Precalentáis el horno a 180 º y engrasais un molde o le ponéis papel de hornear. Yo lo engrasé, y sospecho que hubiera quedado mejor con papel de hornear, así que ese es mi consejo: más fácil seguramente para desenmoldar la mezcla final.
Vertéis en el molde la mezcla de forma uniforme, presionando con una cuchara para que quede bien apretada. Y al horno 10 minutos.
Después, vamos con el "relleno", la masa de caramelo. Es bien sencilla, ya que básicamente se trata de mezclar los tres ingredientes: mantequilla, caramelo y mucha leche condensada... ¡mucha! Como véis, los glososo disfrutarán cocinando esta receta, ya que resulta inevitable limpiar bien el recipiente donde se realiza la mezcla.

Como os decía, básicamente se mezclan los ingredientes en un cazo y se remueve a fuego lento hasta que no quedan grumos.
Esta mezcla se vierte encima de la anterior, de la galleta horneada que ya hemos hecho, extendiéndola bien, y se hornea otros 20 minutos aproximadamente. La idea es que ese caramelo sea bastante pegajoso, tened en cuenta que estas barritas son para llevar, para picotear, por lo que no debe "gotear" la mezcla.
Algo así es la galleta-base al sacarla del horno:

Y así con el caramelo por encima antes de hornear, recuerdo, a unos 180º.
Mientras se hornea, vamos preparando el último paso, la cobertura de chocolate. También es muy sencilla, se trata de derretir y mezclar al baño María el chocolate con la mantequilla, y remover hasta que esté bien fundido y ligado.
Cuando ya esté ligado, y habiendo pasado el tiempo de hornear, podéis extender la crema de chocolate sobre las mezclas anteriores, y después dejarlo un tiempo para que todo "agarre" bien, que se asiente y solidifique en uno.
Una vez se haya enfriado algo, para que esté bien "pegado" todo, lo cortáis en cuadrados o en barritas, como más os guste, y ya está terminado.Como veréis, es una receta en tres pasos, pero ninguno es muy complicado.

Es muy dulce, eso sí, no es para comer grandes cantidades, porque la verdad es que llenan bastante. Se podrían envolver como las barritas que se venden de diferentes marcas comerciales que son básicamente esto mismo, con papel de colores, quizás haciendo vuestro propio logo comercial, no sé... Imaginación al poder.
Para terminar, mi recomendación musical dulce y dominguera para cocinar algo como estas barritas de caramelo.
Ya no recuerdo qué canciones he ido poniendo, así que en algún momento asumiré que puedo repetirme...
¡Buen provecho!

domingo, 24 de junio de 2012

Taller Mix Creativo

Una breve entrada para poder comentar y recomendar un curso que hice esta semana llamado "Mix creativo" en the cupcakes home.
A mí, como puede ver todo el mundo, me gusta cocinar, y especialmente agradecida me parece la repostería, que suelo regalar en ocasiones especiales y en lo cotidiano también... Qué placer comer, y qué alegría...¡¡Cómo no compartirlo!!
Lo que sentía que necesitaba eran unas lecciones acerca de cómo presentar de manera más bonita las galletas, tartas y pasteles que me gusta cocinar, cuando sean para un detalle. Y este curso tenía de todo un  poco, ya que aprendes:
- Decoración de galletas con glasa.


- Decoración de galletas con fondant.

- Decoración de cupcakes con buttercream. Para los que no estéis familiarizados, cupcakes son como las madalenas con diferentes rellenos y tropezones en la masa... y la buttercream es una crema de mantequilla (aunque se podría utilizar de otros ingredientes) que además de decorar, da sabor...

- Elaboración de cake pops, que son como un chupa chups de bizcocho decorado.

- Elaboración de una flor decorativa. Y comestible, claro.

Aspectos a tener en cuenta: la decoración es muy bonita, pero la receta "base" tiene que estar más rica, es la que soporta el sabor: la galleta tiene que ser sabrosa, la glasa o el fondant son básicamente azúcar. El caso más diferente es el de la "buttercream", ya que hay diferentes productos que pueden darle sabor muy intenso.O utilizar productos naturales como la cobertura que se utiliza en el pastel de zanahoria . Pero hay que seguir practicando nuestra repostería, imprescindible.
Por supuesto, yo sólo he hecho un curso de 5 horas, intensas y muy bien aprovechadas horas, ya que es un no parar de taller. Otro aspecto a destacar es que te asesoran en ingredientes, productos y utensilios, y eso es genial, ya que así podemos seguir profundizando tanto en decoración como en sabores y aromas, todo un mundo por descubrir.
Bueno, como conclusión, que lo recomiendo a quien disfrute regalando repostería y quiera aprender a darle ese toque más cuidado a la presentación.