miércoles, 18 de julio de 2012

Banoffesú: sólo apto para muy golosos.

Seguro seguro que ya estaba inventado, pero ayer, con la idea en la cabeza de cocinar el pan de plátano, pensé: "¿por qué no unir el banoffe y el tiramisú por medio del pan de plátano?".
Básicamente se trataría de que el plátano del banoffe sea pan de plátano y no la fruta en sí, y que el bizcocho del tiramisú sea de plátano y en lugar de espolvorear chocolare lleve dulce de leche... En fin, será mejor que lo veais. Eso sí, este postre es sólo apto, como dice el título, para muy golosos, aunque por supuesto, para eso están las variantes que se os puedan ocurrir, sustituyendo el dulce de leche por otros ingredientes. Pero he de decir que el dulce de leche combina de maravilla con el plátano... Ya lo sabía quien invento la tarta banoffe. 
Lo bueno es que si tenéis algo de pan de plátano guardado, congelado por ejemplo, no costará demasiado hacerlo. 
La cuestión es en los recipientes donde queráis servirlo (nosotros seguimos con lo de la reutilización y guardamos los vasitos de cristal de yogures para estas ocasiones) ponéis como base trocitos de pan de plátano, cortado a cuadrados pequeños.
A continuación debéis preparar la mezcla de queso mascarpone de tiramisú, con nata, clara de huevo, azúcar y mascarpone, tal y como indicamos en la receta del   tiramisu .
Esta mezcla la echáis sobre el pan de plátano, y luego lo ponéis a enfriar. Si tenéis mucha prisa, nosotros lo metimos en el congelador un poco para asegurar que estaba fresquito.
Y antes de servir, le echáis el dulce de leche, al gusto, por encima, según vuestra destreza y vuestras ganas, decorando o no. Otra opción es sacar el dulce de leche y que cada uno se sirva al gusto.
¿Cómo se ve?
Pues saber, sabía delicioso como postre de una cena ligera, en una cantidad discreta (no es para grandes raciones, ya que es muy dulce) y fresquito.

Si hacéis variantes diferentes, espero que lo comentéis en el blog. Recuerdo que en la entrada del tiramisú comentamos diferentes opciones, como el tiramisú de fresa, que está delicioso. Ánimo con esa creatividad culinaria.
Os dejo con una canción de Tracy Chapman, a quien estuvimos escuchando muentras cocinábamos.
Y espero no escribir en unos días.
¡Buen provecho!
  

Pan de Platano

Se nota esto de estar de vacaciones... Sigo cocinando más de lo habitual, y además, como es el caso de esta receta, me hacen peticiones, y no sé decir que no. La receta del pan de plátano es muy sencilla, no lleva ingredientes complicados, sabe mucho a plátano ý la recomiendo en desayunos y meriendas especialmente.
Se puede partir y congelar, por lo que podéis tener a mano un trozo de pan de plátano cuando gustéis... Si es que llega a sobrevivir el tiempo suficiente como para que os planteéis congelarlo.
Los ingredientes son :

- 3 plátanos grandes maduros.
- 3 huevos.
- 250 gramos de harina con levadura (1 cucharadita bastará).
- 100 gramos de azúcar.
- 50 gramos de azúcar moreno.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- 1 cucharadita de canela (y/o otras especias opcionales, al gusto).
- 125 gramos de mantequilla, y un poco más para el molde.
- Al gusto, azúcar glass y coco rallado.

Fundimos la mantequilla y la mezclamos lo primero de todo con los dos tipos de azúcar.
A esto añadiremos los huevos uno a uno y la esencia de vainilla, removiendo la masa.
Pelamos los plátanos y los machacamos con un tenedor. Yo antes los batía para darle una consistencia más homogénea, pero ayer lo hice directamente tal cual, con el tenedor, y el resultado es igual de bueno. Es además el tipo de cosas que si cocináis con niños os pueden ayudar.
Se añaden los plátanos a la mezcla anterior.
A esto le añadimos las especias y la harina con levadura. Como ya mencioné en una entrada anterior, utilizo una mezcla de especias comprada en un mercadillo, que lleva básicamente canela, nuez moscada y no sé qué más, se llama pan de especias y es deliciosa. Así que recordad como deberes de este verano, si estáis de vacaciones por ahí y en tiendas o mercadillos veis mezclas de especias, aprovechad.
Bueno, mezcláis bien la masa. Precalentáis el horno a 180 º y engrasais un molde con algo de mantequilla. Una hora y cuarto después el resultado será algo así:

Para aseguraros, meted un palillo o la punta de un cuchillo en el centro. Yo normalmente prefiero probar un poco antes del tiempo indicado, porque puede cambiar según el horno, el molde... Si el molde es más pequeño o de menor altura, resultará básico, pero prefiero no poner medidas ya que cada persona tiene sus moldes y no vamos a comprar uno d ecada tamaño. De hecho, este "molde" que véis es una sartén vieja reciclada en molde, quitándole el asa, y funciona estupendamente.
Ahora, y esto es al gusto, a mí me gusta echarle por encima un poco de azúcar glass, en caliente, para que se adhiera a la masa, y un poco de coco rallado, que combina estupendamente con el plátano.
¡Y aquí lo tenemos!

Ahora que hemos hecho un bizcocho que sabe mucho a fruta, os dejo con un tema de la recopilación de Putumayo Sesame Street Playground, de canciones de Barrio Sésamo de diferentes partes del mundo, especialmente esta me parece divertida.
Pero atención... Esta receta tiene segunda parte, porque hemos creado... el banoffesú.
¡Buen provecho!




domingo, 15 de julio de 2012

Al rico Pesto

Me encanta el pesto. Es algo que me puede. No puedo ser razonable con el pesto y comer poco. Como hasta ahora era algo que debía comprar de propio, pues no tomaba a menudo. Pero en esta semana nos trajeron con la cesta ecológica dos ramas muy grandes de albahaca, y aparte de que la cocina olía super bien, algo había que hacer con ella, y hay un límite al aderezo que se le puede echar a carne, ensaladas o pastas mientras dura fresca la albahaca. Así que recordé que en uno de mis libros de cocina que creo que ya he mencionado, "Cocino el dobe y congelo" de Editorial Everest, salía no sólo la receta del pesto, sino como congelarlo y cuánto dura.
La realidad es que para realizar un buen pesto sí que hace falta tener unos ingredientes que al menos en mi cocina no son habituales de por sí, pero una vez que he probado que la cantidad de pesto que sale el generosa y que se puede congelar, quizás sí que merezca la pena. Espero que juzguéis vosotras y vosotros mismos.
Los ingredientes de esta variante son:
- 110 gramos de albahaca.  
- 80 gramos de piñones.
- 100 gramos de parmesano.
- Casi 2 dl. de aceite de oliva virgen extra.
- Entre 3 y 4 dientes de ajo, al gusto.
- Sal, al gusto.
Ahora os diré la verdad de cocinera aficionada. Lo mejor es que con estos ingredientes vayáis preparando la mezcla y vayáis probándola, es decir: lo he hecho un poco a ojo. Y está delicioso. Pero no sabría decir si llegué a echar 95 o 100 gramos de queso, o 1,7 o 2 dl. de aceite de oliva, ya que iba vertiéndolo en la batidora, viendo la textura y probando.
Lo que sí que necesitaréis es una batidora-picadora o robot de cocina o como queráis llamarlo.
Yo no lo utilizo demasiado normalmente, no estoy acostumbrada, pero cuando lo hago pienso en el buen resultado que obtengo y en sacarle más partido. La verdad es que quedó un pesto estupendo.
Lo primero que debéis hacer es lavar la albahaca y secarla, puede ser con un trapo de cocina limpio o como yo hice, con cuidado y papel de cocina dejándolo un rato aboserver. Después cortáis las hojas de la albahaca y las vais echando en el vaso del robot (me encanta poder utilizar la palabra robot así, en plan casero).
Despues añadís aceite, ajo, queso y vais batiendo. Luego añadí los piñones, cuando ya había picado y batido lo suficiente, y fui corrigiendo del resto al gusto, como os digo: un poco más de aceite, un poco más de sal... Las proporciones que he puesto son las aproximadas.
Después, algo básico: probarlo. No puedo poner nada en el blog, no puedo guardar, congelar ni mucho menos regalar algo de comida sin haberlo probado. Así que un poco de pan tostado y...

¿Qué os parece el aspecto? Aproveché para echarle un vistazo a los libros que había sacado. Por una parte el que ya he mencionado, "Cocino el doble y congelo", tiene una selección de platos apetitosos y resulta bien interesante cómo te explica como congelar cada plato para su buena conservacíón y descongelación, y cuánto tiempo debe estar. Es bastante interesante controlar si al cocinar un plato, debes congelar por separado la parte fuerte de la salsa, o no, cuánto tiempo, en qué recipiente.
Por otra parte, eché un vistazo a La cuccina verde , un delicioso libro de cocina vegetariana italiana que aun tengo que explorar y experimentar, un precioso regalo de cumpleaños de mi hermano con unas ilustraciones preciosas, incluso a quien no le entusiasme la cocina pero sí las ilustraciones, merece la pena echarle un ojo.
Una vez comprobado que el pesto estaba delicioso lo metí en recipientes, para lograr dos cosas: la primera, su óptima conservación, reservando una parte para comer entre esa noche y mañana, otra para regalar y otra para congelar. La segunda, para evitar comérmelo todo o casi todo.
Utilicé un frasco de cristal con cierre hermético para regalar, y para congelar aproveché pequeños botes de plástico con tapa que rescatamos de cuando pedimos comida china o japonesa a domicilio, ya que son donde vienen las salsas de soja y agridulce, y son estupendos para reutilizar.
Como teníamos mucha mucha albahaca como os he dicho, aprovechamos también para poner a macerar algo de aceite con albahaca, consejo de nuestra amiga María José para tener un rico aceite para las pizzas, pastas, ensaladas etc.
Como sugerencia, aunque los piñones están integrados en el pesto, yo le he añadido unos cuantos en crudo, tanto por lo rico que estará al comerlo como por la presentación.
Como sugerencia de presentación para una comida o cena, yo lo serviría (si no está ya en el plato que sea) con un poco de parmesano rallado por encima (a mí me sobró muy poco, pero servirá para este detalle) y unos piñones.
Según la receta en la que me baso, el pesto puede conservarse hasta 2 meses en el congelador, y a mí me ha servido para hacer al menos un bote para regalar, dos para congelar y uno para comer. No son raciones muy abundantes, pero el pesto no es una salsa para "regar" la pasta con ella, se toma en su justa medida, ya que el sabor es muy intenso.
Espero que algún día experimentéis esta receta y que la disfrutéis tanto como yo, anoche, casi recién hecho, en una sencilla tostada de pan de pasas con un poco de pesto y un trozo de jamón de york... delicioso... o en ensalada, en pasta, he probado incluso pizzas con pesto... Como suelo deciros con esto de la comida (aplicable a todo), imaginación al poder.
¡Qué aproveche!
Por supuesto, a cocinar y a vivir bailando

viernes, 13 de julio de 2012

Hagamos una quiche

Resulta una receta bien sencilla, para aprovechar ingredientes que tengais en casa y hacer algo rápido y delicioso para una cena inesperada o porque os apetece y punto. Lo único recomendable para tener en casa de los ingredientes, y que nunca viene mal, es la nata, gran amiga de los cocineros aficionados, y masa de hojaldre, que podéis guardar refrigerada o congelada, y así os ahorrais tener que hacerla (que otro día podemos explicar cómo).
Los ingredientes que he utilizado en esta versión de quiche son:
- Un brick pequeño de nata para cocinar (sirve igual la que pone para montar), o lo que es lo mismo, 200 ml.
- 3 huevos.
- Sal  y especias al gusto.
- Masa de hojaldre.
Esto sería la base de la quiche, lo que yo le he echado en esta ocasión es:
- Un calabacín, una berenjena y medio tomate, de nuestra cesta ecológica (estamos en una cooperativa de consumo responsable, la Espinaca ataca, algo que recomendamos: verdura y fruta de temporada y comercio responsable y de proximidad).
- Además he añadido de lo que tenía por la nevera, una lata de anchoas y un poco de queso brie.

Una vez dicho esto... ¡¡Hagamos una quiche!!
Se tarda tan poco... y está tan buena... Además, se puede congelar la que sobre, en papel film o en un tupper, y comerla otro día, estará muy buena y amortizais el rato en la cocina.
Lo primero que he hecho ha sido extender la masa en el molde. La mayoría de masas que venden vienen con papel de hornear, así que lo podéis aprovechar y veréis qué bien se desenmolda luego, mejora la presentación. Si no, como viene siendo habitual, engrasamos el molde con aceite o mantequilla y ya está.
Después, en un bol, mezclais los huevos, la nata, la sal y especias al gusto y las verduras lavadas y troceadas, en crudo. Se cocinaran junto al resto de ingredientes.
Lo que he reservado ha sido el medio tomate, ya que en rodajas lo he puesto en la superficie, una vez había volcado esta mezcla en el hojaldre. Y por encima he colocado rodajas de tomate, anchoas (prescindibles para vegetarianos) y trozos de queso brie.
 Como podéis leer, muy fácil, incluso para improvisar con los ingredientes. Ahora, con el horno precalentado a 200º, la horneamos unos 30 minutos. Y una vez hecho esto... ¡Lista la quiche! En menos de una hora y sin complicaciones, un plato sencillo y muy apetecible.
Con la receta base, es decir, el hojaldre, la nata y los huevos, ya es cuestión de ir probando combinaciones. Nosotros la solemos hacer cuando tenemos excedente de algunas verduras, y como comentaba, congelamos raciones, siendo también una habitual de mis tuppers, con un poco de ensalada o una crema, cuando como en el trabajo, lo que es habitual.
Probad, probad variantes y si es posible comentadlos en esta entrada. Nosotros hemos echo también añadiendo palito de cangrejo, por ejemplo, y está deliciosa.
¡Que aproveche!

Galletas de chocolate con cobertura a la vainilla

He querido probar, y como no, hacer mi propia variante, de una receta que aparecía en  pequerecetas.com  para realizar galletas tipo "oreo" caseras. Por supuesto, con mis variaciones, si había algo de oreo ha desaparecido, pero lo cierto es que están tiernas, no excesivamente dulces y son muy sencillas.
Cuesta pensar en cocinar con todo lo que está pasando, con los recortes de derechos y libertades básicos que ya ni siquiera se tratan de ir "colando" poco a poco, sino que se presentan como si fuera una tormenta inevitable, y no lo es. Y además, acompañados de comentarios como "que se jodan" cuando se habla del recorte de la prestación por desempleo, porque claro, la gente en realidad no quiere encontrar trabajo y necesita este tipo de incentivos... Pero más allá de que les cocinaría yo un par de tortas y no dulces precisamente, seguiremos tratando de cuidar a los nuestros con lo que tengamos alrededor: algunos buenos ingredientes del mercado y algunos buenos ingredientes propios como la solidaridad, la empatía, la cooperación, el altruismo, el amor... ya no para pasar malos tragos, sino para coger fuerzas y reiterarnos en nuestras propias ideas, salir a la calle y gritarlo con más fuerza, defender lo que no nos han regalado, pues son nuestros derechos. Y cocinarles algo que se les atragante a los que creen que pueden poner en marcha este tipo de "medidas" y creer que no vamos a hacer nada.
Ahora, los ingredientes de las galletas. Si alguien quiere probar la receta de Pequerectas tal cual, por favor, sería agradable que lo dijerais en comentarios, será diferente seguro, y tengo curiosidad.
- 200 gramos de harina.
- 100 gramos de cacao en polvo (cacao, no instantáneos).
- un sobrecito de gaseosa en polvo.
- 1 pizca de sal.
- 70 gramos de mantequilla.
- 100 gramos de azúcar moreno.
- 2 huevos medianos.
Y para la cobertura:
- 75 gramos aprox. de mantequilla a temperatura ambiente.
- Unos 100 gramos de azúcar glass.
- Unas gotas de esencia de vainilla, al gusto.

Lo primero que vais a hacer es batir los huevos con la mantequilla fundida. A esto le iréis añadiendo el resto de ingredientes hasta obtener una masa. Esta masa la metéis en la nevera unos 15 minutos. En la receta original, la masa debía ser más dura, para poder trabajarla después de estar en el congelador (no nevera) con el rodillo, pudiéndola así trabajar hasta dejarla del grosor preciso para hacer un sandwich de galletas. Las mías en cambio, veréis que son "gorditas".
Mi tipo de galleta.
Como digo, en este caso la masa es más "tierna", por lo que en una superficie engrasada yo he ido echando masa como para hacer galletas redondas.
Con el horno precalentado a 180 grados, y en el caso de mi horno, la opción de aire caliente, las he puesto a hornear unos 12-15 minutos. El resultado ha sido que han ido engordando y engordando mientras se hacían.

Mientras se hacían, he mezclado la mantequilla para la cobertura con el azúcar glass, que nunca falta gracias al molinillo de café, y la esencia de vainilla, al gusto. Lo mejor es ir probando la mezcla para ver el sabor.
He ido extrayendo un poco de la parte central de la galleta para hacer un hueco donde poner la cobertura, con cuidado para que no se rompieran, y sin llegar a hacer un agujero. Les he ido poniendo la mezcla y, una vez se habían enfriado al aire las galletas, las he metidfo en la nevera al menos 15 minutos antes de servir.
He de decir que llevar a la otra habitación los trozos de galleta que he ido sacando, en un tazón, con un poco de cobertura y un poco de azúcar glass, ha sido una medida muy popular en mi casa, y me ha servido para comprobar que gustaba la receta y poder seguir con ella tranquila.
Bien, este es el aspecto final... ¿Cómo lo veis? La verdad es que han tenido buen acogida. Se podrían tomar perfectamente sin la cobertura, y es una galleta no tan dulce, gracias a que se hace con cacao puro y con azúcar moreno.La cobertura tampoco es excesivamente dulce, para los ingredientes que lleva, pero se podría probar con otras o simplemente echarle azúcar glass por encima.
Mientras cocinaba, como suele ser habitual, he puesto música. Me ha llegado un pedido de tres cds de música infantil, que estoy recopilando para cuando a Olivia le dé por nacer en cualquier momento. Me ha gustado especialmente el Picnic Playground de Putumayo, de su colección para niñas y niños de música del mundo. En este caso, es todo música acerca de comida, de la alimentación saludable, y con un ritmo bastante animado. Así que os dejo con una de las canciones que suena en este cd, muy apropiada, "Cocinemos galletas".
¡Que aproveche!

martes, 10 de julio de 2012

Un postre sencillo de platano y galleta

Veraniego, fresquito y muy sencillo, un postre que creo que puede gustar a los más pequeños bastante... en mi casa por ahora no hay pequeños, pero los dos "grandes" que vivimos en ella lo comimos encantados como postre de la cena, y esta mañana en el desayuno.
Los ingredientes fácilmente los podéis tener en casa, y con esto salen 4 raciones medianas o dos muy muy generosas, que nosotros tomamos "para compartir". 
- 5 plátanos.
- 8 galletas de fibra.
- 2 cucharadas grandes de margarina o mantequilla (yo esta vez usé margarina).
- 1 yogur natural.
- Coco rallado, al gusto, yo eché unas dos cucharadas.
- El zumo de medio limón.
- Chocolate rallado, para adornar... y dar un toque.

Veréis que es tan sencilla que se puede cocinar sin ningún problema con niñas y niños bien pequeños.
Lo primero de todo, en un mortero machacad las galletas. Sí, esta parte también les gustará hacerla a los peques. Derretid la margarina (si os hubiérais acordado de sacarla de la nevera con antelación...!! Pero eso no suele pasar...). En el microondas en un momento. 
Mezclais las galletas con la margarina y hacéis una pasta densa. Si veis que hay exceso de margarina, es sencillo corregirlo añadiendo un poco más de galleta en polvo, con cuidado.
Con esta masa cubrís el fondo del recipiente que hayais elegido para el postre, dejando bien apretada la masa.
El plátano lo troceáis en un recipiente y lo batís. Podríais tambíén poco a poco hacer el puré con un tenedor, sobre todo si el plátano está bien batido, y depende del tiempo que le queráis dedicar. Para hacerlo con niños, de este modo es otra tarea sencilla para la que podéis pedirle que os ayude.
Pero con la batidora se hace en un momento.
Después, como podéis imaginar, vertéis el puré de plátano sobre la galleta.
Vertéis el yogur en un recipiente para mezclarlo con zumo de limón (al gusto, yo posiblemente no eché ni siquiera medio limón) y coco.
Lo mezcláis y de nuevo vertéis sobre la preparación anterior.
Después, podéis decorar con el chocolate rallado, y ponedlo a enfriar en la nevera, al menos un par de horas sería lo recomendable para que la galleta se endurezca bien y esté todo fresquito.
 



Variantes sencillas que se me ocurren:
- En lugar de yogur echadle dulce de leche. Fue la primera idea, hacer un banoffe de andar por casa, pero no teníamos y hacer dulce de leche casero lleva un rato. Le echáis encima dulce de leche y dejáis que se enfríe, de manera que quedarán sólidas las capas inferior y superior, pero "blandita" la parte central, el puré de plátano. Claro que para ser más clásicos, podéis poner el plátano en rodajas en lugar de en puré. En este caso, incluso lo metería al congelador.

- Echarle nata montada con alguna otra fruta troceada, casi cualquier fruta va a combinar bien con el plátano.

En fin, con lo sencilla que es esta mezcla y lo bien que combina con casi todo... ¡imaginación al poder!
A disfrutar de la cocina, del dulce y de los más pequeños si los tenéis...
¡Que aproveche!

domingo, 8 de julio de 2012

Barritas de caramelo

Estas deliciosas barritas son de una elaboración un poco más costosa, en tiempo,no en dificultad, que otros postres que suelo poner. Pero el resultado es delicioso, resulta un tentempié muy energético y muy dulce.
La cuestión es que hay que realizar como tres pasos, ya que las barritas tienen "tres alturas": un primer piso de galleta, un segundo piso de crema de caramelo y el tejado de chocolate.
¿Qué más puedo decir después de esta presentación?
Los ingredientes son:
- 120 gramos de harina con levadura.  
- 90 gramos de coco rallado y seco.
- 100 gramos de mantequilla.
- 115 gramos de azúcar moreno.
Para el relleno:
- 30 gramos de mantequilla.
- 2 cucharadas de sirope de caramelo.
- 400 gramos de leche consensada.
Crema para recubrir:
-150 gramos de chocolate negro.
- 40 gramos de mantequilla.

¿Qué tal os suenan los ingredientes por el momento?
La receta no es complicada, vamos allá.
Lo primero será mezclar la harina en un cuenco con el coco rallado y hacer un hueco en el centro.
Luego mezclais la mantequilla y el azúcar en un cazo, removiendo a fuego lento, derritiendo la mantequilla y mezclando ambos ingredientes. Esta mezcla la vertéis sobre la mezcla de harina, levadura y coco y mezcláis bien, hasta que quede todo bien ligado.
Precalentáis el horno a 180 º y engrasais un molde o le ponéis papel de hornear. Yo lo engrasé, y sospecho que hubiera quedado mejor con papel de hornear, así que ese es mi consejo: más fácil seguramente para desenmoldar la mezcla final.
Vertéis en el molde la mezcla de forma uniforme, presionando con una cuchara para que quede bien apretada. Y al horno 10 minutos.
Después, vamos con el "relleno", la masa de caramelo. Es bien sencilla, ya que básicamente se trata de mezclar los tres ingredientes: mantequilla, caramelo y mucha leche condensada... ¡mucha! Como véis, los glososo disfrutarán cocinando esta receta, ya que resulta inevitable limpiar bien el recipiente donde se realiza la mezcla.

Como os decía, básicamente se mezclan los ingredientes en un cazo y se remueve a fuego lento hasta que no quedan grumos.
Esta mezcla se vierte encima de la anterior, de la galleta horneada que ya hemos hecho, extendiéndola bien, y se hornea otros 20 minutos aproximadamente. La idea es que ese caramelo sea bastante pegajoso, tened en cuenta que estas barritas son para llevar, para picotear, por lo que no debe "gotear" la mezcla.
Algo así es la galleta-base al sacarla del horno:

Y así con el caramelo por encima antes de hornear, recuerdo, a unos 180º.
Mientras se hornea, vamos preparando el último paso, la cobertura de chocolate. También es muy sencilla, se trata de derretir y mezclar al baño María el chocolate con la mantequilla, y remover hasta que esté bien fundido y ligado.
Cuando ya esté ligado, y habiendo pasado el tiempo de hornear, podéis extender la crema de chocolate sobre las mezclas anteriores, y después dejarlo un tiempo para que todo "agarre" bien, que se asiente y solidifique en uno.
Una vez se haya enfriado algo, para que esté bien "pegado" todo, lo cortáis en cuadrados o en barritas, como más os guste, y ya está terminado.Como veréis, es una receta en tres pasos, pero ninguno es muy complicado.

Es muy dulce, eso sí, no es para comer grandes cantidades, porque la verdad es que llenan bastante. Se podrían envolver como las barritas que se venden de diferentes marcas comerciales que son básicamente esto mismo, con papel de colores, quizás haciendo vuestro propio logo comercial, no sé... Imaginación al poder.
Para terminar, mi recomendación musical dulce y dominguera para cocinar algo como estas barritas de caramelo.
Ya no recuerdo qué canciones he ido poniendo, así que en algún momento asumiré que puedo repetirme...
¡Buen provecho!